04 Oct La psiconeuroinmunología: la necesidad de poner un contrapunto a la alta especialización de la medicina
La psiconeuroinmunología parte de la base de que las emociones, el estrés, la ansiedad o la depresión provocan cambios tanto a nivel de sistema hormonal como del inmunitario.
Y, a su vez, considera que el sistema nervioso, el inmunitario y el endocrino interaccionan con las bacterias de nuestro intestino. Por tanto, estos tres sistemas están condicionados directamente por el estado de la microbiota intestinal.
La mirada y acción predominante en la atención médica, ha estado dirigida a las variables biológicas de la enfermedad, su desarrollo técnico es innegable, pero ha representado una hipertrofia del cuerpo a expensas de lo psicosocial.
Como respuesta se ha generado un discurso centrado en la enfermedad como un fenómeno.
La psiconeuroinmunología se inscribe en esta visión amplia del proceso de salud-enfermedad. Las investigaciones han evidenciado la existencia de relaciones multidireccionales entre los diferentes sistemas, y las cualidades estructurales y dinámicas de la vinculación entre los sistemas: nervioso, endocrino e inmunológico.
Este conjunto de evidencias se vieron coronadas con un hallazgo que las reunió en un solo proceso de integración; el condicionamiento de la inmunosupresión, realizado por Robert Ader y Nocholas Cohen, que constituye uno de los hallazgos más significativos en el área de las ciencias de la salud de los últimos 36 años, pues abrió la posibilidad de influir con técnicas psicológicas ese sistema.
No obstante la Psiconeuroinumnología no es una especialidad asistencial, es un enfoque centrado en el estudio del conjunto de interacciones entre los diferentes sistemas, se aspira que pueda transformarse en el enfoque predominante de la asistencia a la persona con enfermedad y de acciones de promoción de la salud. En consecuencia no tiene métodos de exploración, ni terapéuticos propios, los médicos con su arsenal terapéutico guían su acción desde el enfoque, al igual que los psicólogos, los educadores y planificadores.
La psiconeuroinmunología como herramienta de salud
La Psiconeuroinmunología es una rama de la salud que nace de la necesidad de poner un contrapunto a la alta especialización que ha caracterizado a la medicina durante el último siglo. Es decir, durante mucho tiempo se ha fragmentado la realidad para poder comprenderla: sólo analizaré cómo funciona tu riñón sin tener en cuenta las influencias del resto de sistemas del cuerpo sobre el propio riñón.
Pero algunas veces, de hecho la mayoría, aunque los síntomas sean evidentes solo en un órgano el resto del cuerpo también sufre o, por lo menos, intenta compensar la deficiencia del órgano afectado. La Psiconeuroinmunología nace, precisamente, de la necesidad por comprender las relaciones que se establecen entre los diferentes sistemas corporales y del esfuerzo por entender estas compensaciones y describir los mecanismos de acción que llevan al sufrimiento.
Observar la realidad desde una perspectiva global implica profundos cambios en el modo de entender la salud del ser humano.
La medicina actual se basa en el concepto ON-OFF: o se tiene una enfermedad o no se tiene, no existen los grises. Tratamos las enfermedades con un enfoque quirúrgico. Ante un síntoma, damos medicamentos que lo eliminen sin preguntarnos de dónde viene ese síntoma, qué proceso lo ha causado y cuál es la función que desempeña en el propio proceso de curación.
El concepto del continuum en la salud
Así, la práctica médica actual obvia una de las leyes más fundamentales de la fisiología, la biología y la enfermedad: el concepto del continuum.
Existe un continuo desde una salud óptima, pasando por el desequilibrio subclínico hasta llegar, finalmente, a una disfunción grave y a una enfermedad. Hay un largo camino hasta que el individuo enferma. O, como digo a mis pacientes y alumnos, “padecer una enfermedad crónica es muy difícil, y los terapeutas tenemos la suerte de que en al mayoría de los casos el cuerpo se cura solo. Cuando la enfermedad se instala seguramente ha habido un factor causal muy potente o varios pequeños factores coexistiendo desde hace demasiado tiempo.”
Entender que ni la salud ni la enfermedad son conceptos estáticos nos permite migrar del objetivo paliativo hacia una verdadera curación.
Pongamos algún ejemplo.
- Desde un proceso dinámico se entiende la impotencia del paciente que al acudir a una consulta médica con unos síntomas concretos, recibe por respuesta del doctor que no debe hacer nada, pues los análisis han salido bien y eso significa que está sanísimo. “¿Y qué hago yo con mis dolores?” se pregunta entonces ese paciente.
- Ante un diagnóstico estático e inmovilizador con un contenido implícito, como por ejemplo Fibromialgia (que aparece de la nada cual castigo divino, que se arrastrará toda la vida y contra el cual lo máximo que puedes hacer es aprender a convivir con ello y tomar drogas para paliar los síntomas), una respuesta dinámica sería: tu sintomatología aparece por estas causas, se agrava por estos mecanismos y el tiempo te ha traído hasta aquí. Si conseguimos revertir las causas, generamos el entorno adecuado y apoyamos a tu cuerpo a recuperar sus recursos en muchos casos, la vuelta a la salud se hace inevitable.
Estamos viviendo un momento muy emocionante para los profesionales de la salud y para los pacientes que sufren. Se está generando un nuevo marco conceptual que integra las vías biomédicas, los factores psicosociales y ambientales y se está cambiando la forma de entender las respuestas a las dificultades de la vida y la actitud de cada uno ante una enfermedad crónica.
Cuando el concepto de salud cambia, el enfoque de curación cambia. Debemos dejar de fragmentar la realidad, el cuerpo y la salud para reconciliarnos con ella.
Acabemos con la mítica frase de Eric Hoffer:
“En tiempos de cambios profundos los que saben aprender heredarán la tierra, en tanto que los que creen saberlo todo se encontrarán bellamente dotados para manejar un mundo que ya no existe más”.
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