02 Jun CONSEJOS DE FISIOTERAPIA: EL ABUSO EN VERANO DE LAS CHANCLAS O SANDALIAS TIENE CONSECUENCIAS
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CONSEJOS DE FISIOTERAPIA: EL ABUSO EN VERANO DE LAS CHANCLAS O SANDALIAS TIENE CONSECUENCIAS
Cuando llegan los días calurosos del año todos acudimos a nuestro armario en busca de un calzado de moda muy recurrente en verano, las chanclas.
En este artículo vas a descubrir CONSEJOS DE FISIOTERAPIA: EL ABUSO EN VERANO DE LAS CHANCLAS O SANDALIAS TIENE CONSECUENCIAS
Las chanclas son un calzado diseñado para estar en zonas de baño, playa, ducha… con una finalidad más bien higiénica. No están diseñadas para caminar, pero muchos de nosotros las usamos como nuestro calzado del día a día. Aunque aparenten ser cómodas y frescas, nos pueden tener consecuencias y ocasionarnos lesiones de diferente índole.
Vamos al principio: ¿Qué problemas causa el abuso de chanclas o sandalias para caminar?
Las que más daño hacen al pie son las chanclas hawaianas o cholas, son las que separan el dedo gordo de los demás, sin apenas sujeción, de plástico en la mayoría de los casos, planas y sin amortiguación.
Las chancls o sandalias solo llevan sujeción con dos tiras en el antepié y, por lo tanto, le generan una inestabilidad biomecánica.
Ello puede producir la aparición de los dedos en garra, ya que al caminar se produce una contracción involuntaria de diferentes grupos musculares con la finalidad de sujetar el calzado y no perderlo cada vez que damos un paso. También hay riesgo de sobrecargas, dolor en la zona metatarsal, tendinopatías de la musculatura extensora, esguinces, facitis plantar, etc.
El hecho de que sea un calzado plano provoca un descenso del arco plantar y un valgo en el talón, que se traduce un aumento de la tensión en la fascia plantar, que puede terminar en la famosa “fascitis plantar” o en una tendinitis del tendón de Aquiles, por el aumento de tensión a la que se somete esta estructura.
Las patologías o dolencias que causa el abuso de chanclas o sandalias para caminar
A continuación te enumeraremos una serie de patologías o dolencias que pueden provocar por el uso inadecuado de las chanclas o sandalias:
- Hallux valgus (juanete)
- Dedos en garra
- metatarsalgias
- Fascitis plantar
- Tendinitis aquilea
- Inflamación de la grasa plantar
- Dolor en rodillas, caderas… consecuencia de la alteración de la pisada.
- Mayor facilidad de sufrir esguinces de tobillo.
- Aumento del riesgo de caídas.
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Recomendaciones y consejos
Si se quiere evitar estas molestias que pueden interferir en el día a día, el calzado debe tener siempre una sujeción a nivel del talón y/o tobillo. De esta manera, permitiremos que el antepié trabaje sin forzar ningún grupo muscular.
En relación a la suela, es recomendable que esta cuente con un determinado grosor (entre dos y cuatro centímetros) que proteja la planta de los pies con un material blando y cómodo, pero rígido a la flexión, así favorecerá un movimiento relajado del pie en balancín en cada paso. Con el pie bien sujeto y protegido, facilitaremos la marcha y podremos evitaremos sobrecargas que vienen derivadas de una elección incorrecta del calzado.
Además de las sandalias, existen otros numerosos calzados cerrados de verano, de los cuales también debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones. El calzado deber ser de un material ligero y transpirable para que permita la correcta ventilación del pie, ya que el exceso de sudoración es otro de los grandes problemas en verano.
Calzado transpirable
Si utilizamos un calzado que no permite que el pie transpire, la constante humedad favorece una proliferación no deseada de la flora que habita en la superficie de la piel y que puede degenerar en infecciones cutáneas por maceración. Dicho exceso de humedad también pueden dar lugar a la aparición de ampollas y grietas interdigitales.
Asimismo, hay que tener en cuenta que el exceso de humedad favorece la proliferación de los hongos. Por ello, siempre es recomendable llevar calcetín cuando usemos calzado cerrado, pues este ayuda a la termorregulación del pie y al control del sudor, y debe ser de un material natural, algodón o hilo.
Por último, pero no menos importante, se debe tener en cuenta, a la hora de elegir un calzado cerrado de verano, la dilatación que sufre el pie por el calor. Para evitar que, a lo largo del día, por el aumento del volumen del pie se puedan generar compresiones y zonas de roce, se recomienda comprar el calzado a última hora de la tarde.
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Conclusión
En Fisioterapialinares contamos con asesoramiento nutricional, donde se le enfoca al paciente una base de hábitos alimentarios saludables y unas pautas donde se le recomienda qué alimentos consumir más por su carácter antiinflamatorio.
Además, contamos con unidades de rehabilitación, readaptación personal, entrenamientos personales… para la recuperación del paciente y su evolución, mejorando así el dolor de la artrosis.
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